Pastor Luis del Cid Nicaragua 21 de Julio de 2,012
Introducción
El evangelio del Señor Jesucristo, es un proceso de muerte para poder
resucitar en el poder de Dios, claramente dice la Biblia:
Flp 3:10y conocerle a El, el
poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a
ser como El en su muerte...
Note como dice que para poder conocer el poder de su resurrección se
necesita participar de padecimientos llegando a ser como el en su muerte, es
decir no se puede probar ese poder si antes no se muere, quede claro que no
hablamos de un asunto físico sino de una muerte a cosas espirituales. Veamos un
ejemplo:
Gén 22:1 Aconteció después de estas cosas, que Dios
probó a Abraham. Le dijo: –Abraham. Este respondió: –Aquí estoy.
La palabra probó viene del hebreo nasá que también se traduce como TRATAR.
De allí que entendemos que en un momento Dios trató con Abraham.
Este era un hombre que ciertamente creía en Dios pero que como todos
nosotros los creyentes, tenía cosas que a Dios no le agradaban, por ejemplo:
Gén 12:1 Jehová había
dicho a Abram: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a
la tierra que te mostraré.
Gén 12:4 Se fue Abram, como Jehová le dijo, y con él
marchó Lot.
Ciertamente Abram salió de Ur pero no hizo caso del todo, se llevó con el a
Lot (nombre que significa escondido), es decir Abraham se llevó algo escondido,
que a lo largo de muchos años le dio problemas porque no obedeció completamente
a Dios. Dios le había dicho que los dejara a todos, pero no obedeció. En aquel
momento tampoco tenía plena confianza en las promesas de Dios y en otra prueba
también falla:
Gén 12:3 Bendeciré a los que te bendigan, y a los que
te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra».
Gén 12:18 Entonces el faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué
es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer?
Dios le había dicho prácticamente que quien lo bendijera a el sería
bendecido pero que si alguien se metía en problemas con el, Dios mismo se
encargaría del asunto a lo cual Abram tampoco hizo del todo caso. Cuando Faraón
le preguntó de Sarai, Abram no contestó que era su esposa sino su hermana por
miedo a Faraón. Abram muestra la incredulidad a la cual tenía que morir para
que resucitara en el poder de la resurrección que lo convertiría en el padre de
la fe. Como no estaba en el nivel que Dios quería, le manda un trato para que
pudiera morir a lo que no servía en El y así resucitara en el poder de la fe:
Gén 17:1 Abram tenía noventa y nueve años de edad
cuando se le apareció Jehová y le dijo:
Gén 17:4 –Este es mi pacto contigo: serás padre de
muchedumbre de gentes.
Gén 17:15 Dijo también Dios a Abraham: –A Sarai, tu
mujer, no la llamarás Sarai, sino que su nombre será Sara.
Gén 17:16 Yo la bendeciré, y también te daré un hijo de
ella...
Gén 17:17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y
se rió y dijo en su
corazón: «¿A un hombre de cien años habrá de nacerle un hijo? ¿Y Sara, ya de
noventa años, habrá de concebir?».
Abraham se rio pero como Dios quería que Abraham fuera el padre de la fe
tenía que morir a su incredulidad (niñerías) para poder experimentar el poder
de Dios. En el capítulo 16, cuando Abraham tenía ochenta y seis años por su
falta de fe había engendrado a Ismael (pues no era con Agar que vendría su
descendencia) pero aquello no era legítimo ante Dios, por eso el Señor le dice:
Gén 22:2 Y Dios le dijo: Toma ahora a tu hijo, tu
único, Isaac, a quien amas, vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en
holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
¿Por qué dice tu único, si también tenía a Ismael que de hecho físicamente
era el primogénito? porque ante Dios no era el legítimo, pues Dios le había
dado la promesa de que tendría gran descendencia con Sara pero en un arranque
de impaciencia (equivalente a inmadurez o niñería), Abraham se ríe de lo que
Dios le dijo. Isaac representa las niñerías de Abraham que se rió y de hecho el
nombre Isaac eso significa: risa. Era el tiempo que murieran las niñerías en
Abraham, aunque le causara angustia. Según los rabinos Moriah es una expresión
que significa monte de la mirra. La mirra en la Biblia figura adoración y
sufrimiento para purificación. Cuando llega el tiempo de un cambio en nuestra
nueva vida, a veces será necesario subir al monte del sufrimiento, pero
teniendo esperanza:
Gén 22:3 Abraham se levantó muy de mañana, ensilló su
asno, tomó consigo a dos de sus siervos y a Isaac, su hijo. Después cortó leña
para el holocausto, se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.
Gén 22:5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: –Esperad
aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a
vosotros.
En medio del sufrimiento hay que subir al monte adorando a Dios y sabiendo
que Dios en todo tiene algo bueno para los que le amamos, sigamos leyendo:
Gén 22:7 Después dijo Isaac a Abraham, su padre: Padre
mío. Él respondió: –Aquí estoy, hijo mío. Isaac le dijo: –Tenemos el fuego y la
leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Gén 22:8 Abraham respondió: –Dios proveerá el cordero
para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
Aquí ya no respondió dudando, sino convencido que Dios haría algo por ellos
a través de un cordero. Proveerá del hebreo raá que también significa atender,
considerar. Cuando subes al monte del cordero, Dios atiende tu necesidad para
ayudarte. Nuestra esperanza debe estar basada en que el cordero siempre estará
listo para suplirnos en medio de nuestras necesidades. En medio de esa
situación complicada, en medio de ese dolor terrible debes presentarte ante el
cordero, creyendo que fue lo que Dios proveyó para sacarte adelante. La
respuesta a la pregunta de Isaac es la que dice el libro de Juan:
Jua 1:29 Al siguiente día vio Juan a Jesús que venía a
él, y dijo: «¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
Sube al monte Moriah, al monte donde es necesario adorar aún en medio del
sufrimiento a encontrarte con el cordero que suplirá en medio de tu necesidad
para sacarte de esa prueba, solo comprende por qué Dios te ha permitido ese
padecimiento, lo explica el libro de Cantares:
Cnt 4:1 El esposo enamorado
El esposo
¡Qué hermosa eres, amada
mía, que hermosa eres! ...
El Señor Jesucristo ve a su amada hermosa, pero mientras llega al
perfeccionamiento le dice:
Cnt 4:6 Mientras despunta el día y huyen las sombras,
me iré al monte de la mirra, a la colina del incienso.
Cnt 4:7 ¡Qué hermosa eres, amada mía! No hay defecto
en ti.
Mientras se quitan las sombras, mientras se quitan el pecado y las cosas
incorrectas, el cordero te llama al monte de la mirra, al monte donde hay
purificación a través del sufrimiento, pero en donde también hay cordero para
poder sustentarte y suplir en medio de tu necesidad.
Jua 6:54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene
vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
Jua 6:55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi
sangre es verdadera bebida.
Cuando participas de Santa Cena, participas de la carne y sangre del
cordero y de El brota el poder para que resucites a una nueva vida, a una nueva
oportunidad en donde encuentras la respuesta de Dios para ti.