Pastor Luis del Cid Chimaltenango 10 de julio de 2,012 año de la Libertad
Introducción
Como lo hemos expuesto
en otras ocasiones, el evangelio es un maravilloso proceso de fe y paciencia,
en donde se inicia con la salvación pero se espera alcanzar una vida eterna
plena de la bendición de Dios. Vemos ejemplos de la Biblia en donde varios
personajes nos enseñan como vivían en esa plenitud de bendición así tuvieran o
no riqueza material, de estos podríamos mencionar primeramente al Señor
Jesucristo, luego a Pablo, Abraham, Moisés, José etcétera, quienes también
pasaron tiempos de sufrimiento, pero que sabiendo esperar con paciencia
entraron en esa atmósfera de bendición plena. Dice la Biblia:
Efe 3:14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el
Padre de nuestro Señor Jesucristo
Efe 3:16 para que os dé, conforme a las riquezas de su
gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
Efe 3:17 de manera que Cristo more por la fe en
vuestros corazones; y que arraigados y cimentados en amor,
Efe 3:18 seáis capaces de comprender con todos los
santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad,
Efe 3:19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a
todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Sinteticemos: el deseo
apostólico es que seamos llenos del poder del Espíritus Santo para que se
fortalezca el hombre interior y así estando firmes en el amor de Dios podamos
alcanzar la plenitud de Dios. Es decir, hay un nivel de vida cristianamente
hablando óptima, excelente, más allá de lo usual, que solo llenos del poder de
Dios podremos alcanzar para disfrutarla. La palabra plenitud viene del griego
pléroma que también se traduce como copiosidad, abundancia, restauración. De
allí que esa atmósfera nos permite recibir abundantemente toda bendición
incluyendo el ser restaurados.
¿Qué hay en esa plenitud?
Gracia sobre gracia
LBP Jua 1:16 Pues de su plenitud todos nosotros hemos
recibido: gracia por gracia.
Cuando habitamos en esa
plenitud, sobre una gracia nos dan otra, esto significa que sobre una bendición
nos ponen otra bendición.
Recordemos brevemente algunos
beneficios de recibir gracia:
a)
Dios te salva, no solo
el alma, sino cuando estás en problemas (Ef 2:8).
b)
Dios hace que venga
sobre ti las riquezas de la tierra (Ex 3:21,22).
c)
La gracia permite que
nuestras ofrendas sean aceptadas por Dios (Ex 28:38).
d)
La gracia permite que
comprendas la Palabra y el plan que Dios tiene para tu vida (Ruth 2:2).
e)
La gracia permite que
Dios envíe ministros para bendecir a su pueblo (Ef 4:7,11).
f)
Por la gracia hallamos
misericordia y el oportuno socorro (heb 4:14,16).
g)
Por la gracia derramada
se casará la iglesia con Cristo (Est 2:17).
h)
Cuando hay derramamiento
de gracia sobre nosotros, si se levantan enemigos, Dios se encarga de ellos
(Est 7:3).
i)
Eres perfeccionado (1 Pe
5:10).
j)
Tienes fuerza para
perseverar y no desviarte (Rom 8:35,37).
Y seguramente hay muchos
más en la Palabra, pero lo interesante en todo esto es el poder recibir una
tras otra y otra bendición, ¿cómo lograrlo? metiéndose en la plenitud de Dios.
Otro beneficio:
En la plenitud de Dios se come con
tranquilidad y sin miedo:
Eze 12:19 Y di a la gente de la tierra: "Así dice
el Señor DIOS acerca de los habitantes de Jerusalén sobre el suelo de Israel:
'Comerán su pan con angustia y beberán su agua con terror, porque su tierra
será despojada de su abundancia a causa de la violencia de todos los que
habitan en ella.
Cuando vives en la
atmósfera de la plenitud no importa si en el mundo hay crisis, para tí habrá
pan y agua que recibirás tranquilamente. A estos les quitaron la plenitud por
eso se angustiaban y se afligían.
En la plenitud disfrutas de
consolación y te dan gloria:
Isa 66:10 «Alegraos con Jerusalén, gozaos con ella
todos los que la amáis; llenaos de gozo con ella todos los que os enlutáis por
ella,
Isa 66:11 para que maméis y os saciéis de los pechos de
sus consolaciones, para que bebáis y os deleitéis con la plenitud de su
gloria».
Isa 66:12 Porque así dice Jehová: «He aquí que yo
extiendo sobre ella la paz como un río y las riquezas de las naciones como un
torrente que se desborda; y mamaréis, en los brazos seréis traídos y sobre las
rodillas seréis mimados.
Isa 66:13 Como aquel a quien consuela su madre, así os
consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén recibiréis consuelo».
Si te fue mal y por eso
los demás se apenan, cuando te metes a la plenitud de Dios te dan consuelo y te
dan gloria.
Te dan tierra:
Sal 24:1 De Jehová es la tierra y
su plenitud, el mundo y los que en él habitan,
Eze 36:28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros
padres, y vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.
En el libro de los
hechos (3:19) también vemos como que Dios a unos les quita la tierra y se la da
a quien El quiere.
Sal 16:11 Me mostrarás la senda de la vida; en tu
presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.
En la plenitud hay gozo
completo y delicias siempre. La pregunta del millón, ¿cómo nos metemos a esa
atmósfera de la plenitud de Dios?
HABITANDO EN LA PRESENCIA DE DIOS:
Sal 16:11 Me darás a conocer la senda de la vida; en tu
presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre.
Se entra a la plenitud
cuando buscamos su presencia, y allí se llega a través de darle culto a Dios,
que según la figura del tabernáculo de Moisés se avanza gradualmente: al atrio
con acción de gracias y alabanza. Al lugar Santo con ofrenda, adoración y
Palabra. Al lugar Santísimo humillándonos (en figura el sacerdote que entraba
arrastrado), es decir luego que oímos la palabra nos corresponde ser humildes
para asimilarla.
SIENDO PARTE DE LA CONGREGACIÓN:
Efe 1:22 Y todo sometió bajo sus pies, y a El lo dio
por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Efe 1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel
que lo llena todo en todo.
Otra puerta a través de
la cual llegamos a la plenitud de Dios es la Iglesia, es decir el que seamos
parte de una congregación de Cristo que es su cuerpo. Por eso dice la
escritura:
Heb 10:19 Así que, hermanos, tenemos
libertad para entrar en el Lugar santísimo por la sangre de Jesucristo,
Heb 10:20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a
través del velo, esto es, de su carne.
La vivencia de la
plenitud se encuentra morando en el lugar santísimo, al cual entramos por el
sacrificio de Cristo pero vea el camino "su carne", esto es su cuerpo
que es la iglesia. Algunos cristianos le dan muy poca importancia al
congregarse porque no han comprendido que ser parte de una congregación es el
camino que les lleva a la plenitud de Dios. El pie de imprenta aparece en los
siguientes versículos que a su vez nos meten a la atmósfera de la plenitud:
NO SOLO SER PARTE DEL CONGREGARNOS
SINO DEL EPI-CONGREGARNOS
Heb 10:24 Y considerémonos unos a otros para
estimularnos al amor y a las buenas obras,
Heb 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen
por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se
acerca.
La palabra congregarse
en su mayoría viene del griego sunagogue G1996, pero solamente en dos
versículos aparece del griego EPISUNAGOGUE G 1997, una es aquí y otra en el
siguiente versículo:
2Ts 2:1 Con respecto a la venida de nuestro Señor
Jesucristo y nuestra reunión con él…
En 2 de Tesalonicenses
está hablando de nuestra reunión alrededor de El en los aires, es decir no es
una común o tradicional reunión, es una reunión trascendental. El punto en este
tema es comprender, apoyándonos desde la etimología de las palabras, y sabiendo
que el griego EPI (G1909) significa superimposición (de tiempo, lugar, orden),
sobre, encima. Es decir el Epi implica ir más allá de una marca usual,
aplicándolo al congregarse significa NO SOLO IR AL CULTO SINO BUSCAR UNA
EXPERIENCIA MÁS ALLÁ DE LO QUE HALLAMOS CONOCIDO, cuando entramos en esa
atmósfera más allá de lo regular entonces entramos a la plenitud de Dios y todo
en la vida cambia en completas y constantes bendiciones. De esto, si Dios
quiere hablaremos en el siguiente tema.