3 de marzo de
2,013 año de la Prosperidad
Introducción
Sabemos que
el celebrar la cena del Señor no es un asunto ritual sino una forma como Dios,
por la fe que podamos tener en la participación de esto, nos permite ir siendo
perfeccionados.
Hoy veremos a
la luz de la Palabra lo que implica comer y beber del pan y el vino.
Mat 26:26 Mientras comían, tomó Jesús el pan, lo
bendijo, lo partió y dio a sus discípulos, diciendo: –Tomad, comed; esto es mi
cuerpo.
Mat 26:27
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: –Bebed de
ella todos,
Mat 26:28
porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada
para perdón de los pecados.
Como sabemos
el pan en la Santa cena, por la fe se constituye en el cuerpo de Cristo que es
dado para bendición nuestra, veamos algunos beneficios:
Mueres al legalismo
Rom 7:4 Así también vosotros, hermanos
míos, habéis muerto a la Ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de
otro, del que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para
Dios.
Uno de los
beneficios de comer del cuerpo de Cristo, es que dejamos de querer ser buenos
por legalismo, es decir por imposición ya sea por un elemento externo o por uno
interno. El cuerpo de Cristo nos permite vivir santamente porque nos cambia la
naturaleza de pecado a una de santidad.
Nos une como cuerpo de Cristo
Rom 12:5 así nosotros, siendo muchos,
somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Cuando
participamos de la Santa Cena Dios nos da la capacidad que podamos unirnos como
una verdadera familia, la de Dios, sin hipocresía y llamados a verdaderamente
estar unidos honrosamente:
Rom
12:10 Amaos los unos a los otros con
amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
Rom12:10 … y adelántense al otro en el respeto mutuo.
Esto quiere
decir que ya no debemos esperar a corresponder según nos traten, sino que como
es la naturaleza de Dios, amemos y honremos nosotros primero.
1Co 10:16 La copa de bendición que
bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no
es comunión con el cuerpo de Cristo?
1Co
10:17 Así, siendo muchos formamos un
solo cuerpo, porque el pan es uno y todos participamos del mismo pan.
Si no
aprendemos a hacernos comunes, a dejar por un lado las diferencias que podamos
tener para verdaderamente ser uno solo, no alcanzaremos toda la bendición que
Dios tiene para nosotros, y esa unidad nos lleva a la siguiente bendición:
Por la
unidad como cuerpo alcanzamos bendición:
Sal 133:1 ¡Mirad cuán bueno y cuán
delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía!
Sal
133:3 Es como el rocío de Hermón, que
desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el SEÑOR la bendición,
la vida para siempre.
Allí donde
hay unidad llega toda la bendición de Dios, la vida eterna.Sabemos además que el
cuerpo de Cristo es el cordero, beneficios de comerlo:
Tenemos lámpara para que nos quite las
tinieblas:
Apo
21:23 La ciudad no tiene necesidad de que
la alumbren el sol ni la luna: la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el
Cordero.
Por lo tanto
comernos al cordero, al cuerpo de Cristo, nos ayuda para que se destruyan las
tinieblas en nosotros.
2Sa
22:29 Porque tú eres mi lámpara, oh
SEÑOR; el SEÑOR alumbra mis tinieblas.
Obtienes salvación
Apo
7:10 Y clamaban a gran voz, diciendo: La
salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
Salvación del
griego satería que también se traduce como seguridad, salud o liberación.
Cuando
comemos del cuerpo del cordero recibimos poder para ser libres, para tener
salud y para vivir seguros.
Te quita la carga del pecado
Jua
1:29 Al día siguiente Juan vio a Jesús
que venía a su encuentro, y exclamó: “Ahí viene el Cordero de Dios, el que
carga con el pecado del mundo.
Cuando te
comes al cordero, si aún te sientes acusado, si aún sientes el peso del pecado
que cometiste en algún momento a pesar de que ya te arrepentiste, el te lo
quita para que ya no lleves tu esa carga.
Beneficios de beber su sangre:
Apo
7:14 Y yo le respondí: Señor mío, tú lo
sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han
lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
Uno de los
beneficios de participar de la santa cena y en el caso de la sangre, es que
somos emblanquecidos para presentarnos sin mancha delante de Dios. Es muy
importante comprender que tenemos la oportunidad de ser emblanquecidos antes de
la gran tribulación, es decir que ahora que tenemos oportunidad lo hagamos con fe,
para que no sea en medio de un gran sufrimiento que apelemos por el poder de
esa sangre.
Vences al acusador
Apo
12:10 Y oí una gran voz en el cielo, que
decía: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la
autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los
acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado.
Apo
12:11 Ellos lo vencieron por medio de la
sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus
vidas, llegando hasta sufrir la muerte.
Otro
beneficio es poder vencer al acusador, que es el mismo diablo que muchas veces hostiga
con cosas del pasado pero que por la sangre de Cristo somos liberados de aquel
amargo recuerdo:
Nos habilita para servir a Dios
Heb
9:14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el
cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará
vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?
Esa preciosa
sangre no solo nos quita toda acusación sino que nos habilita para servir al
Dios vivo.
Nos convierte en bendición
1Co
10:16 La copa de bendición que
bendecimos, ¿no es la participación en la sangre de Cristo?...
Cuando
participamos de la sangre de Cristo, bendición es lo que Dios nos está
ministrando, es decir nos tomamos la bendición para ser bendición, de tal
manera que aquel que era considerado un mala suerte, un desdichado, la sangre
de Cristo lo hace una bendición.
Nos da el derecho de participar en los pactos y
promesas de Dios
Efe
2:12 recordad que en ese tiempo estabais
separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los
pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo.
Efe
2:13 Pero ahora en Cristo Jesús,
vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la
sangre de Cristo.
La sangre de
Cristo hace que estemos cerca de Dios para que podamos ser partícipes de sus
pactos, para que tengamos esperanza y andemos con Dios aunque todavía tengamos
que caminar en este mundo.
Nos convierte en un hombre nuevo sin tacha y
sin mancha
1Pe
1:18 sabiendo que no fuisteis redimidos
de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas
perecederas como oro o plata,
1Pe
1:19 sino con sangre preciosa, como de
un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo.
Cuando
bebemos la copa de bendición somos mudados en un nuevo hombre que por la sangre
de Cristo en nosotros anula todo lo malo para quedar también sin tacha y sin
mancha, preparados para ser esa iglesia novia que se irá en el arrebatamiento.