LA CONCESIÓN DE LAS PETICIONES

Guatemala, 1 de febrero de 2,014 año del Reinicio

Pastor Luis del Cid

Introducción
Muchas veces los cristianos pedimos cosas al Señor y nos preguntamos ¿por qué no llega la respuesta? Si bien es cierto La Palabra de Dios nos muestra que es necesario pedirle, en el salmo 37:4 se nos da una clave importantísima para recibir su concesión, veamos:

Sal 37:4  Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Esto nos muestra que una condicionante para recibir la repuesta favorable de Dios es que busquemos estar ante su presencia y aprendamos a deleitarnos en ello. Antes de pensar en lo que Dios da, debemos pensar en aquel que lo da, es decir no buscarlo por interés vano, sino porque le amemos y queramos estar con Él.
Deleitarse del hebreo anág, que también se traduce como ser suave, maleable. Esto quiere decir que el disfrutar de su presencia requiere que nos dejemos trabajar por El suavemente, que seamos dóciles a su voluntad lo que implica que nuestros deseos deberán ir alineados a su voluntad revelada también a través de su palabra.
En la versión Martín Nieto se nos amplía un poco más el panorama:

BMN Sal 37:4 busca en el Señor tus  delicias, y él te dará lo que tu  corazón desea.

Aquí vemos que a más de deleitarnos en su presencia, hay otras delicias que también debemos buscar, escudriñemos.

Sal 1:1  ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores,
Sal 1:2  sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!

Otro de los deleites que debemos buscar está en la lectura, comprensión y meditación de los mandatos de Dios, es significa que no se trata solamente de escuchar las predicaciones, se trata de que personalmente leamos nuestra Biblia y tomemos por mandato lo que así se nos enseña para llevar nuestra vida, así sea de día, cuando el tiempo es muy agradable, o de noche cuando hay obscuridad, cuando no es lo más fácil ver, pero que esa situación no te hace dudar de los planes de Dios que son el bendecirte y prosperarte.
Notemos que para poder llegar al deleite que se encuentra en el estudio de la Palabra, hay tres pasos previos:
1) Que no escuchemos el consejo de personas que se dicen ser cristianas pero que viven como si fueran del mundo.
2) Que no nos detengamos ni a pensar en hacer lo que el pecador hace.
3) Que no entremos en comunión con aquellos que no oyen una reprensión (pro 13:1), que todo lo toma por chiste (Pro 20:1), que es orgulloso e insolente (pro 21:24), que provoca divisiones (Pro 22:10).
En síntesis para poder deleitarse en los mandamientos de Dios hay que consagrarse apartándose de este tipo de personas.

Sal 119:24  También tus testimonios son mi deleite; ellos son mis consejeros.

Parte de lo que son los testimonios de Dios, son aquellas experiencias que con El has tenido, es aquella vivencia sobrenatural que no debemos olvidar, sino que al contrario, necesitamos recordar principalmente en momentos difíciles, deleitándonos en ello.

Por otro lado definitivamente si algo deleita a Dios, debe ser también para nosotros nuestro deleite, por ello veamos algunos de estos:

Pro 11:1  La balanza engañosa es abominación a Jehová: más el peso cabal es su deleite.

Aquí el deleite debe ser que seamos justos, cabales con lo que se nos pidió y no digamos cuando recibimos un pago a cambio. El no ser engañadores sino más bien cabales debe ser razón de deleite en nuestra vida.

Pro 11:20  Los de corazón perverso son abominación al SEÑOR, pero los de camino intachable son su deleite.

Es necesario que nos esforcemos porque nadie pueda señalarnos algo, que en el vivir correctamente hallemos deleite.
Alguien pensará, ¡pero yo he sido un engañador!, a esto la Biblia dice:

2Co 5:17  De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas.

La palabra intachable desde el hebreo es tamím y también se traduce como entero (literalmente, figurativamente o moralmente), integridad, sin defecto, recto, sin tacha.
Una persona intachable es aquella que concuerda en lo que hace con lo que piensa y dice.

Pro 29:10  Los hombres sanguinarios odian al intachable, pero los rectos se preocupan por su alma.

Aquí hay dos cosas a considerar para ser intachable, la primera es que sabiendo que intachable también significa recto, nos damos cuenta que el intachable se preocupa por cuidar su alma, es decir no tiene en poco aquello que puede contaminarlo, sino que al contrario se aparte del mal.
Por otro lado es que el intachable también se preocupa por cuidar a los que son como El:

Pro 29:10  Los sanguinarios aborrecen al hombre íntegro, Los rectos se preocupan por él.

Aquí anotan íntegro en lugar de intachable, pero vea que los demás íntegros se preocupan por el otro íntegro. Ocúpate por los que son íntegros, halla el deleite en ello y verás como Dios te concede el deseo de tu corazón, no seamos indiferentes ante aquello que a otro pueda ser ocasión de que caiga, dice la Biblia:

1Co 8:13  Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano.

Pro 12:22  Los labios mentirosos son abominación al SEÑOR, pero los que obran fielmente son su deleite.

Vea que hay labios mentirosos y hay labios fieles, esos labios fieles son los de aquellas personas que si dan su palabra la cumplen y en ello haya deleite. Dice la escritura:

Stg 5:12  Y sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento; antes bien, sea vuestro sí, sí, y vuestro no, no, para que no caigáis bajo juicio.


Pro 15:8  El sacrificio de los impíos es abominación al SEÑOR, más la oración de los rectos es su deleite.

Hay un deleite en el orar, pero se disfruta cuando somos rectos. Por otro lado notemos que orar se inicia como sacrificio pero debe terminar siendo un deleite.

Isa 62:1  Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no me estaré quieto, hasta que salga su justicia como resplandor, y su salvación se encienda como antorcha.
Isa 62:4  Nunca más se dirá de ti: Abandonada, ni de tu tierra se dirá jamás: Desolada; sino que se te llamará: Mi deleite está en ella, y a tu tierra: Desposada; porque en ti se deleita el SEÑOR, y tu tierra será desposada.

Jerusalén es figura de la Iglesia, según el libro de Apocalipsis:

Apo 19:7  Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero
Y su esposa se ha preparado.

Hay un deleite cuando tienes casa espiritual y te disfrutas estar en ella ocupándote también que esté bien arreglada que no esté desolada. Bien dice el salmista.

Sal 122:1  Me da gusto que me digan: «¡Vamos al templo de Dios!»
Sal 122:2  Ciudad de Jerusalén, ¡aquí nos tienes! ¡Ya llegamos a tus portones!

Sal 109:17  También amaba la maldición, y ésta vino sobre él; no se deleitó en la bendición, y ella se alejó de él.

Lo que aquí tradujeron como deleitó, desde el hebreo también significa agradarse con, amar, complacer.
Esto nos muestra que así nos parezca que es mucho o poco, si Dios nos lo dio, debemos deleitarnos con aquello, no ser mal agradecidos.

Mat 25:23  Su señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.

Cuando recibas algo de Dios "deléitate" así sea poco, porque te está probando para ver si te concede lo mucho que pediste.

Sal 16:11  Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre.

Lo que está a la diestra son las cosas espirituales, en las cuales debemos deleitarnos, pongamos pie de imprenta:

Pro 3:16  Larga vida hay en su mano derecha, en su mano izquierda, riquezas y honra.

Deléitate en que tengas salud, paz, amor, gozo, santidad y todo aquello que venga de la vida eterna.

Cnt 7:10 Ella entona su deleite: Yo soy de mi amado, en mí tiene su contentamiento.



Ella, figura de la iglesia, se delita en saber que es propiedad de Cristo, que es deseo de su amado que ella esté bien para El. Debe haber deleite en el que te prepares para tu Señor viviendo santamente, íntegramente, consagradamente.
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