9 de marzo de 2,014 año del
Reinicio
Introducción
La Palabra del Señor nos muestra
que Dios nos ha habilitado para ser sabios:
Neh 9:20 Les
diste tu buen espíritu para hacerlos sabios, no les negaste el maná y les diste
agua para su sed.
Esto con el propósito de que recibamos la
riqueza espiritual y como consecuencia la terrenal:
Pro 16:16
Procura adquirir la sabiduría, pues vale más que el oro; y poseer la
prudencia, que es mejor que toda la plata.
Eze 28:4 Con tu
sabiduría y prudencia has adquirido riquezas, has acumulado oro y plata en tus
tesoros.
Si somos sabios adquiriremos la riqueza
espiritual, si nos llenamos de esta seremos felices y también vendrá la riqueza
terrenal. El punto es ¿cómo hacerlo?, veamos:
Sal 107:43 ¡El que sea sabio, que medite estas cosas y
reconozca las bondades del Señor!
Para ser sabio es necesario meditar en algunas
cosas y reconocer las bondades que Dios tiene para nosotros. Veamos algunas de
sus bondades descritas en el Salmo 107:43
Sal 107:1 Dad
gracias al SEÑOR, porque El es bueno; porque para siempre es su misericordia.
Una de las bondades de Dios es que su
misericordia es para todos los días, de tal manera que el sabio no se olvida
que no debe equivocarse pero que si se equivoca debe arrepentirse y se aparta
alcanzará siempre misericordia.
Sal 107:2 Díganlo
los redimidos del SEÑOR, a quienes ha redimido de la mano del adversario,
Otra bondad de Dios es que a los que nos salvó
también por su bondad no libra de la mano del adversario. Si quieres ser sabio
cree que por muy difícil que sea tu adversario Dios te rescata de sus garras.
Sal 107:4
Vagaron por el desierto, por lugar desolado, no hallaron camino a ciudad
habitada;
Sal 107:6
Entonces en su angustia clamaron al SEÑOR, y El los libró de sus
aflicciones;
Sal 107:7 y los
guió por camino recto, para que fueran a una ciudad habitada.
Otras versiones anotan "ciudad
habitable". Hay cristianos que no viven tranquilos o que no tienen donde
vivir lo cual puede ser literalmente y también un estado espiritual donde nunca
se sienten tranquilos y siempre andan errantes. Pero si claman al Señor, su
bondad los guiará a un lugar seguro y habitable.
Sal 107:13
Entonces en su angustia clamaron al SEÑOR y El los salvó de sus
aflicciones;
Sal 107:14 los
sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte y rompió sus ataduras.
Sal 107:15 ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus
maravillas con los hijos de los hombres!
Si clamas al Señor su bondad te saca de la angustia, de la
aflicción, del reino del enemigo, de los momentos donde sientes morir y Él te
hace libre de ataduras.
Sal 107:20 Les envió su palabra, los sanó y salvó sus
vidas de la tumba.
Sal 107:21 ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus
maravillas con los hijos de los hombres!
Cuando Dios envía palabra sana y salva de la
muerte que representa destrucción, fin, pero si crees en su bondad con una
palabra que El de tú serás sanado.
Sal 107:29 Cambió
la tempestad en calma y las olas del mar callaron.
Sal 107:30
Entonces se alegraron porque las olas se habían aquietado, y El
los guió al puerto anhelado.
Sal 107:31 ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus
maravillas con los hijos de los hombres!
Por la bondad de Dios, cuando tienes terribles
problemas en el mundo (lo figura el mar) y no sabes como llegar a puerto
seguro, si clamas a El, Él te guiará.
Sal 107:41 Pero
al pobre levanta de la miseria y lo pone seguro en alto, y multiplica sus
familias como un rebaño.
Sal 107:43 ¡El que sea sabio, que medite estas cosas y
reconozca las bondades del Señor!
Si hay alguien que se siente miserable, que
considera que en un estado de miseria vive, sepa que por la bondad de Dios será
levantado y su familia será engrandecida.
Hay otras bondades descritas en la Palabra,
veamos:
Sal 17:7 Renueva tus bondades, tú que salvas
del agresor a los que se refugian bajo tu diestra.
Sal 17:8 Guárdame como a la niña de tus ojos,
escóndeme a la sombra de tus alas,
Ser sabio implica que creamos que aunque
anteriormente hayamos disfrutado de una bondad de Dios, siempre hay otra nueva,
como en este caso que Dios te salve de aquel que te agrede, que te quiso dañar
y lo que es peor sin declaración previa. Más la bondad de Dios te salva.
Sal 59:16 Pero yo cantaré tu poder, y desde la
mañana contaré tus bondades; porque tú has sido para mí una ciudadela y mi
refugio en el día de la angustia.
El sabio se regocija por las bondades de Dios
pero también las testifica, teniendo a Dios como su refugio y protección cuando
llega la angustia.
Sal 65:11 Coronas el año de tus bondades, por
tus senderos corre la abundancia;"
Sal 65:12 las praderas del desierto
reverdecen, las colinas se revisten de alegría;"
Sal 65:13
Las praderas se visten de rebaños, y los valles se cubren de grano; dan
voces de júbilo, sí, cantan.
Otra bendición que trae las bondades de Dios es
que aunque en un año o un ciclo las cosas hayan ido bien, el final será mejor y
se cerrará con abundancia.
Por las bondades de Dios, Él cambia lo dificil
de la vida en algo hermoso y fructífero, dándote abundancia (rebaños) y nuevas promesas (grano de trigo),
por lo cual te viene gozo y alegría.
Éxo 33:18
Entonces Moisés dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.
Éxo 33:19
Y El respondió: Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré
el nombre del Señor delante de ti; y tendré misericordia del que tendré
misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión.
Su bondad nos permite conocer su nombre, es
decir las diferentes facetas de su naturaleza como por ejemplo Jehová Jiré
(Dios proveedor), Jehová Nisi (Dios es mi bandera), Jehová de los ejércitos (el
Dios que pelea por nosotros), además la bondad de Dios nos permite entender de
quienes Dios tiene misericordia y compasión.
Sal 25:7
No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones;
acuérdate de mí conforme a tu misericordia, por tu bondad, oh SEÑOR.
La bondad de Dios hace que Él olvide nuestros
errores por la inmadurez, desobediencia e imprudencia para que nosotros podamos
sentirnos tranquilos delante de Él.
Sal 27:13
Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad
del SEÑOR en la tierra de los vivientes.
La bondad de Dios nos da la fuerza para seguir
caminando y procurando alcanzar la estatura de un viviente.
Sal 68:9
Tú esparciste lluvia abundante, oh Dios, tú fortaleciste tu heredad
cuando estaba extenuada.
Sal 68:10
Los de tu pueblo se establecieron en ella; en tu bondad, oh Dios,
proveíste para el pobre.
Cuando nosotros no tenemos el mejor lugar para
habitar (espiritual y materialmente hablando), pero sí creemos que porque Dios
es bueno derramará bendición en forma de lluvia entonces nuestra vida cambiará
y se afirmará en medio de la provisión de Dios.
Sal 86:17
Muéstrame una señal de bondad, para que la vean los que me aborrecen y
se avergüencen, porque tú, oh SEÑOR, me has ayudado y consolado.
Cuando hay bondad de Dios hay muestra de su
respaldo para que los demás vean que el Señor está con nosotros.
Sal 103:4
el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y
compasión;
Sal 103:5
el que colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el
águila.
Por la bondad de Dios, Él te levanta si estás
hundido y además te corona, es decir de estar en lo peor te pone en alto para
disfrutar de lo mejor, renovándote aún en cuanto al
tiempo que perdiste cuando pasaste momentos difíciles.
Rom 2:4
¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia,
ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?
Cuando hay manifestación de la bondad de Dios
viene la dirección para que puedas arrepentirte.
Pastor Luis del Cid
Imprimir artículo