3 de abril de 2,014 año del
Reincio
Introducción
Recientemente nuestro Apóstol
hablo a cerca de algunos aspectos que debemos tomar en cuenta para ver cuánto
vamos creciendo en el evangelio debido a que la Biblia dice:
Efe 4:13 hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de
Dios, a la condición de un hombre
maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Dios ha dado los 5 ministerios para que el
cuerpo de Cristo crezca porque hay un tiempo determinado por Él para que su
iglesia llegue a dar una talla espiritual: "la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo".
Ahora bien, como pasó con el Señor que aquí en
la tierra tenía un nivel espiritual (de hombre maduro) y luego fue llevado a su
plenitud, así será con nosotros. Veamos los textos:
Jua 17:5 Y
ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes
que el mundo existiera.
Cristo tenía un nivel espiritual mayor
(descrito en Efesios como la plenitud de Cristo) pero en la tierra tenía una
estatura inferior (estatura hombre maduro).
Guardando nuestras distancias es el camino equivalente
que debemos procurar:
Flp 2:5 Haya, pues,
en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús,
Flp 2:6 el
cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como
algo a qué aferrarse,
Flp 2:7 sino
que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los
hombres.
¿Por qué semejante a los hombres?, porque Él
era un hombre sin pecado que evolucionó en la tierra a ser hombre maduro (dice
la Biblia que aprendió cosas, por ejemplo la obediencia Heb. 5:8).
Flp 2:8 Y
hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.
Flp 2:9 Por lo
cual Dios también le exaltó hasta lo sumo...
Vivió como hombre y culminó como hombre maduro
para después ser exaltado. A eso nos llama Dios, a que avancemos a la estatura
de un hombre maduro para que luego seamos transformados a la medida de la
plenitud de Cristo.
Por tanto hay una medida: "hombre
maduro". La Biblia nos deja ver que debemos ser medidos:
Apo 11:1
Me fue dada una caña de medir semejante a una vara, y alguien dijo:
Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y a los que en él adoran.
Apo 11:2
Pero no midas el atrio exterior del templo porque ha sido entregado a
los paganos, que pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.
Apo 11:3
Y otorgaré autoridad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil
doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.
Aquí vemos que al Apóstol Juan le ordenan
medir el templo y medir a los que en El adoran, es decir, un día seremos
medidos y ese momento será antes del arrebatamiento porque como lo hemos
estudiado la aparición de los dos testigos es al principio de la tribulación
pero la medición es antes. Note que los que se quedaron en atrio ni siquiera
serán medidos porque se quedarán a la tribulación. Veamos los parámetros:
Mat 13:37
Y respondiendo El, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del
Hombre,
Mat 13:38
y el campo es el mundo; y la buena semilla son los hijos del reino, y la
cizaña son los hijos del maligno;
Para ver si estamos creciendo conforme a la
medida del hombre maduro, hay que ver si estamos trabajando en sembrar la buena
semilla para que cada vez sean más los hijos del reino. Esa es una actitud de
un cristiano maduro:
Mat 18:11
Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.
No estamos diciendo que nosotros somos los
salvadores, pero sí creemos que los cristianos debemos presentar el plan de
salvación.
Mat 16:13
Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus
discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
Mat 16:16
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente.
Cristo del griego Jristos que se traduce como
ungido.
La estatura hombre maduro implica vivir lleno
del Espíritu Santo y esto también conlleva ser bautizado por Él.
Luc 11:10
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama,
se le abrirá.
Luc 11:13
Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se
lo pidan?
Pedir, buscar y llamar al Espíritu Santo debe
ser una actitud continua para que seamos "ungidos".
Mat 20:25
Pero Jesús, llamándolos junto a sí, dijo: Sabéis que los gobernantes de
los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre
ellos.
Mat 20:26
No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros
llegar a ser grande, será vuestro servidor,
Mat 20:27
y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo;
Mat 20:28
así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y
para dar su vida en rescate por muchos.
Otro parámetro para ver si estamos creciendo
es si solo estamos siendo servidos o si somos de los que sirven a los demás
creyendo que esa actitud denota semejanza al Hijo del Hombre.
Mat 24:27
Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el
occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.
Hemos explicado que la segunda venida del
Señor será en dos partes: la secreta (figurada en el oriente) y pública (figurada
en el occidente), pero si así hará el Hijo del Hombre, nosotros debemos
buscarlo; estar en el arrebatamiento para regresar en la venida pública con Él.
Luc 6:22
Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan
de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del
Hijo del Hombre.
Luc 6:23
Alegraos en ese día y saltad de gozo, porque he aquí, vuestra recompensa
es grande en el cielo, pues sus padres trataban de la misma manera a los
profetas.
A veces somos desechados porque nos volvimos a
Cristo pero hay algunos que prefieren hacerse a los hombres porque les causa
mucho pesar y les es más importante no perder sus amistades del mundo que
apartarse para Dios. Cuando por ser cristianos nos menosprecian y lo tomamos
con gozo, estamos madurando espiritualmente.
Jua 3:14
Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que
sea levantado el Hijo del Hombre,
Para ser hombres maduros, tendremos que ser
levantados como la serpiente que fue levantada en el desierto:
Núm 21:5
Y el pueblo habló contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos habéis sacado de
Egipto para morir en el desierto? Pues no hay comida ni agua, y detestamos este
alimento tan miserable.
Núm 21:6
Y el SEÑOR envió serpientes abrasadoras entre el pueblo, y mordieron al
pueblo, y mucha gente de Israel murió.
Núm 21:7
Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado, porque hemos
hablado contra el SEÑOR y contra ti; intercede con el SEÑOR para que quite las
serpientes de entre nosotros. Y Moisés intercedió por el pueblo.
Núm 21:8
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre
un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá.
Núm 21:9
Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre el asta; y sucedía
que cuando una serpiente mordía a alguno, y éste miraba a la serpiente de
bronce, vivía.
El pueblo de Israel había murmurado contra
Dios y contra Moisés y por eso les vino un ataque de serpientes.
Prácticamente hablaron mal de Cristo, porque
Él es Dios, pero vea, la actitud de un maduro es saber morir al enojo por lo
que han dicho de Él y perdonar a todo aquel que vaya y pida perdón.
Crecer espiritualmente no se trata de un decir
atribuido a tiempo cronológico de estar en el evangelio sino de dar muestras
del cambio que Dios ha hecho en una vida.