Introducción
Es seguro que todos los seres humanos tenemos en mayor o menor medida algúnos deseos y cuando los vemos hechos una realidad son motivo de varias cosas por ejemplo dice la Biblia:
(BSO) Pro 13:19 El deseo cumplido regocija el alma...
Como seguramente todos lo hemos experimentado, cuando Dios permite que se cumpla algún deseo que tengamos nos viene mucha alegría, pero otras versiones nos dejan ver cuan importante es tenerlos y mejor aún que se cumplan:
(LBLA) Deseo cumplido es dulzura para el alma...
(NBE) Deseo cumplido es dulce al corazón...
Esto quiere decir que cuando una persona ha enfrentado un problema o más aún, quizas alguna amargura, algo que le va a quitar lo amargo, ES VER CUMPLIDO ALGÚN DESEO DE SU CORAZÓN, eso quiere decir que esta es una forma de ministrar el alma. Pero hay más:
(ORO) El deseo, cuando se cumple, recrea el ánimo;
Otra ministración que viene como conecuencia de un deseo cumplido es que te animas para seguir adelante.
Pro 13:12 La esperanza que se demora es tormento del corazón; árbol de vida es el deseo cumplido.
Es bueno que tengamos deseos, pues esto nos mantiene animados, vivos, con fuerza para buscar un mejor mañana siempre.
Ahora bien, hay cosas que naturalmente con esfuerzo las podemos alcanzar, dice la Biblia:
Pro 21:25 El deseo del perezoso lo mata, porque sus manos no quieren trabajar.
Esto quiere decir que con esfuerzo definitivamente se alcanzan algunos deseos, pero
en este tema veremos especialmente que hacer para que Dios mire el deseo de nuestro corazón que solo con la sobrenaturalidad de El podremos verlos como una realidad:
(Jünemann) Pro 13:19 Deseos de piadosos dulcifican el alma...
Dios concede un deseo DE LOS QUE SON PIADOSOS:
Según el diccionario secular, un piadoso es:
a) Aquel que inspirado por el amor a Dios tiene especial devoción por las cosas santas.
Sal 4:3 Sabed, pues, que el SEÑOR ha apartado al piadoso para sí; el SEÑOR oye cuando a El clamo.
b) Aquel que inspirado por el amor al prójimo hace compasión a otro. Es alguien benigno, blando.
Hch 10:2 Era un hombre piadoso y, al igual que toda su familia, era de los "que temen a Dios". Daba muchas limosnas a los judíos pobres y oraba constantemente a Dios.
Si demostramos compasión al prójimo, si hacemos el bien y somos blandos con los demás somos piadosos.
Haciendo esto, Dios mira el corazón y concede el deseo del alma. ¿Qué más para encontrar el favor de Dios?:
Sal 10:17 El deseo de los humildes oíste, Jehová; tú los animas y les prestas atención.
¿Quien es humilde?
Job 22:29 Cuando ellos estén abatidos, dirás tú: “¡Sean enaltecidos!”. Entonces Dios salvará al de mirada humilde.
Algo tan sencillo, pero a veces tan terrible, LA ALTIVEZ EN LOS OJOS. La humildad se muestra de muchas formas, empezando por la mirada.
Isa 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: «Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados.
Quede claro que Dios es Alto (como el no hay otro) y sublime (es decir lo más grande y a la vez sencillo), y habita en la altura y en la santidad, y de allí saber ubicarnos ¿donde habitamos nosotros?, pero si somos humildes también lo hará con nosotros.
Si ya nos ubicamos, entonces también saber que la humildad va de la mano con el quebrantamiento del corazón ante Dios. Por tanto una muestra de humildad es si nuestro corazón se quebranta ante su presencia.
Isa 66:2 Mi mano hizo todas estas cosas, así todas ellas llegaron a ser», dice Jehová.
«Pero yo miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra.
El humilde tiembla ante su palabra. A quien más atiende Dios sus deseos:
Sal 145:19 Cumplirá el deseo de los que lo temen; oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.
¿Cómo aprendemos a temer a Jehová?
Deu 6:1 »Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová, vuestro Dios, mandó que os enseñara, para que los pongáis por obra en la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión,
Deu 6:2 a fin de que temas a Jehová, tu Dios, guardando todos los estatutos y mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que se prolonguen tus días.
Aprendemos a temer a Dios cuando nos sentamos a escuchar la enseñanaza de la Palabra, la ponemos por obra y se la enseñamos a nuestros hijos y nietos, es decir que nos ocupamos porque ellos también lo hagan.
2Re 17:34 Hasta el día de hoy siguen haciendo conforme a sus antiguas costumbres. No temen al SEÑOR, ni siguen sus estatutos ni sus ordenanzas ni la ley ni el mandamiento que el SEÑOR había ordenado a los hijos de Jacob, a quien puso el nombre de Israel...
El temeroso de Dios deja costumbres que tenía que no son conforme a las ordenanzas de Dios.
Deu 14:23 Comerás delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová, tu Dios, todos los días.
Uno de los grandes beneficios del diezmar fielmente a Dios, es que aprendes a temerlo.
Dios mira el deseo del corazón de quienes le temen.
Sal 31:18 Enmudezcan los labios mentirosos, que arrogantes hablan contra el justo con soberbia y desprecio.
Sal 31:19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres!
Un temeroso de Dios se refugia en Dios, Y LO DEMUESTRA ANTE LOS DEMÁS, es decir no se hace el fuerte por sus propias virtudes
Sal 33:18 He aquí, los ojos del SEÑOR están sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, ante los otros, sabiendo que solo en Dios puede allar el refugio.
Un temeroso de Dios sabe esperar la manifestación de la misericordia de Dios. Por todo esto, que el siguiente salma sea una realidad en tu vida:
Sal 20:1 Jehová te escuche en el día de conflicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda.
Sal 20:2 Te envíe ayuda desde el santuario y desde Sión te sostenga.
Sal 20:3 Traiga a la memoria todas tus ofrendas y acepte tu holocausto.
Sal 20:4 Te dé conforme al deseo de tu corazón y cumpla todos tus planes.
Imprimir artículo