Introducción
La mayoría de padres de familia deseamos ver a nuestros hijos como hombres de bien, con un buen cónyuge y una buena familia pero ¿qué estamos sembrando hoy para que mañana cosechemos aquello?, la Biblia dice:
Heb 6:11 Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre hasta el final el mismo entusiasmo, para alcanzar lo que esperan.
Heb 6:12 No queremos que se vuelvan perezosos, sino imitadores de los que, por la fe y la paciencia, heredan las promesas.
Para cosechar ese buen deseo sobre la vida de nuestros hijos, hoy debemos esforzarnos PERO SIN QUE MENGUE EL ENTUSIASMO, la Biblia nos da la clave:
Pro 22:6 Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.
¿Cuál es el camino en que deben andar nuestros niños? Cristo. Si sembramos hoy esto, mañana no se apartaran del camino de Dios.
La palabra enseña viene del hebreo kjanák que también se traduce como ESTRECHAR.
Esto significa que los padres debemos orillar, forzar aún para que nuestros hijos SE METAN AL CAMINO Y NO SE SALGAN DE EL, así cuando sean viejos no tomarán rumbos equivocados.
Jud 1:23 A otros, salvadlos arrebatándolos del fuego...
Jud 1:23 a otros salvadlos, arrancándolos del fuego...
¿Cuánto conocemos y cuanto les enseñamos del camino a nuestros hijos?, de allí la gran importancia que tanto en nuestro hogar como en la iglesia nos ocupemos de esta enseñanza. Dice la Biblia:
Sal 27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejen, con todo, Jehová me recogerá.
La palabra dejen, desde el hebreo también se traduce como AFLOJAR, FALLAR.
Este versículo habla de casos extremos donde algunos niños son abandonados por sus padres, pero no solo de ello, sino también de aquellas cosas donde los padres aflojamos o fallamos pero que Dios a través de siervos en la iglesia hará el complemento.
La palabra recogerá está hablando del acto de agarrar (es decir de tomar con la mano).
Recojer del hebreo asaf que también se traduce como acoger, arrebatar, congregar, sanar.
Solo en este versículo nos encontramos con buena parte del llamado que tenemos de parte de Dios para trabajar con los niños, el de poder acogerlos (recuerde que hay muchos casos que no tienen una buena ministración de amor en sus hogares), a algunos hay que arrebatarlos de las garras del enemigo, a otros si no les enseñamos nosotros no llegarán a congregarse y en todos los casos abra cosas que tienen que ser sanadas en sus corazones y Dios lo hará a través de nuestras vidas.
Seguramente todos los cristianos estamos de acuerdo con esto, pero ¿Cuánto apoyamos el área de niños para que así suceda?, por eso dijo el señor:
Mat 18:5 Y quien acoge en mi nombre a un niño como éste, es a mí a quien acoge.
No podemos ser indiferentes al llamado que tenemos no solo como padres, sino como cristianos A ACOGER A LOS NIÑOS, a esforzarnos por cuidar de ellos, Dios se enoja cuando su pueblo es indiferente ante este llamado:
Lam 4:3 Aun los chacales dan las ubres, dan de mamar a sus crías; pero la hija de mi pueblo se ha vuelto cruel como los avestruces en el desierto.
Los avestruces tienen sus crías, PERO NO SE PREOCUPAN DE SU ATENCIÓN dice la biblia en el libro de Job:
Job 39:13 Baten alegres las alas del avestruz, ¿acaso con el ala y plumaje del amor?
Job 39:14 Porque abandona sus huevos en la tierra, y sobre el polvo los calienta;
Job 39:15 se olvida de que algún pie los puede aplastar, o una bestia salvaje los puede pisotear.
La parábola no va enfocada a los animales, sino a nosotros los seres humanos, porque en algunos casos DEJAN AL ABANDONO DE LA TIERRA, a la enseñanza humanista el cuidado de sus hijos en lugar de ver que sean enseñados EN EL CAMINO DE DIOS, y lo que es peor calentándolos sobre el polvo (figura de carnalidad, siendo el polvo la comida de la serpiente), olvidándose que el hombre o una bestia salvaje (el diablo), puede pisotearlos.
Volvamos al versículo de lamentaciones:
Lam 4:4 La lengua del niño de pecho se le pega al paladar por la sed; los pequeños piden pan, pero no hay quien lo reparta.
Hemos aprendido que la lengua pegada al paladar significa NO TENER LA CAPACIDAD DE BENDECIR, de declarar cosas buenas o de confesar bendiciones para nuestra propia vida, pero vea el origen del problema: “porque no se les dio leche ni pan, PORQUE NO HUBO QUIEN SE LOS REPARTIERA”, no hubo creyentes que se esforzaran por enseñarles de la sana doctrina y de la Palabra de Dios.
¿Cual es la visión de Dios para nuestros hijos:
Sal 128:3 ... tus hijos, como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
La palabra hijos también se traduce como niños. Dios tiene la visión que nuestros niños sean PLANTAS DE OLIVO.
¿Qué representa el olivo y por tanto que espera Dios que sean nuestros hijos para nosotros?:
Jue 9:9 Pero el olivo respondió: “¿He de dejar mi aceite, con el cual se honra a Dios y a los hombres, para reinar sobre los árboles?”.
El diseño de Dios para nuestros hijos es que lo honren a El y a nosotros, pero como lo harán si no hay quien le enseñe.
Sal 52:8 Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; ¡en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre!
El diseño de Dios para nuestros hijos es que estén SIEMPRE EN LA CASA DE DIOS, que sean fructíferos y que confíen en su misericordia.
Jer 11:16 Olivo verde, hermoso en su fruto y en su aspecto, llamó Jehová tu nombre...
Quien no desea que sus hijos se vean hermosos tanto en lo espiritual como en su aspecto y que sean conocidos por nombre ante Jehová, pero ¿cómo lograrlo si no se les ministra en la casa de Dios?.
Zac 4:11 Hablé una vez más y le pregunté: –¿Qué significan estos dos olivos que están a la derecha y a la izquierda del candelabro?
Zac 4:14 Y él me respondió: –Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.
El diseño de Dios para nuestros niños es que constantemente estén ante su presencia y por tanto siempre UNGIDOS, llenos del poder de Dios.
Sal 144:12 Sean nuestros hijos en su juventud como plantíos florecientes, y nuestras hijas como columnas de esquinas labradas como las de un palacio.
El diseño de Dios para nuestras hijas es que sean parte clave en el lugar donde habita el rey. Para ello mire como debe ser una columna:
Pro 9:1 La sabiduría ha edificado su casa, ha labrado sus siete columnas;
Tienen que ser trabajadas, tallas CON SABIDURÍA, no con la enseñanza de novelas, ni con la enseñanza de la vecina o la señora de la limpieza, es con la sabiduría que viene de Dios que les inculque valores eternos.
Cnt 3:6 ¿Qué es eso que sube del desierto como columnas de humo, con perfume de mirra e incienso, con todos los polvos aromáticos del mercader?
Cnt 3:7 He aquí, es la litera de Salomón; sesenta valientes la rodean, de los valientes de Israel.
El humo tipifica en la Biblia la oración y la adoración. Esto significa que el diseño de Dios para nuestras niñas es que se afirmen a través de orar y adorar a Dios, y por eso son comparadas con la litera de Salomón (figura de Cristo), esto quiere decir que estén acostumbradas a tener intimidad con su Dios, RODEADAS, protegidas por los siervos de Dios.
Cnt 5:15 Sus piernas, columnas de alabastro asentadas sobre basas de oro puro...
Aunque este versículo describe al amado, también lo podemos tomar para nosotros la iglesia, pues somos el cuerpo de Cristo.
Enfocado a nuestras hijas como columnas, vea que Dios desea que sean de alabastro. El alabastro es un tipo de piedra delicada, muy costosa y transparente, es decir Dios desea que nuestras hijas sean talladas con delicadeza, que no se olviden que tienen un gran valor y por lo tanto no pueden dar su vida a cualquiera. Así mismo que su caminar sea transparente, asentado sobre basas de oro.
El oro tipifica SANTIDAD. En síntesis esto quiere decir que su caminar sea cuidadoso sobre la santidad.
Isa 19:10 Y las columnas de Egipto serán demolidas, todos los jornaleros estarán abatidos.
Cuan importante es enseñarles el diseño de Dios para nuestras hijas, pues las que sean talladas pero conforme al modelo de Egipto serán dañadas y aun puede llegar la destrucción.
Recuerde que Dios nos hace preguntas para que nosotros aprendamos a responderle con Palabra pero también con nuestro accionar la respuesta, por ejemplo:
Jua 21:15 Entonces, cuando habían acabado de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo*: Apacienta mis corderos.
¿Amás a Dios?, ¿Cuánto?, entonces muéstraselo bendiciendo a los niños.
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