LO QUE EL HIJO DEBE ESCUCHAR

6 de agosto de 2,014 año del Reinicio
Introducción
A veces asumimos muchas cosas que aunque deberían pasar con normalidad, cuando nos detenemos a meditar en algunas de estas, nos sorprende el hecho que no siempre lo tenemos en cuenta. Debido a esto hoy estudiaremos aquellas cosas que los hijos deben escuchar de sus padres:

Pro 23:19  Escucha, hijo mío, y sé sabio, y dirige tu corazón por el buen camino.
Pro 23:20  No estés con los bebedores de vino, ni con los comilones de carne,
Pro 23:21  porque los borrachos y los comilones terminan en la ruina, y los perezosos terminan vistiendo harapos.

Vemos que el hijo debe escuchar la instrucción de su padre para que siempre elija el camino, como lo hemos explicado es la vida en el evangelio porque el Camino es Cristo.
Luego debemos decirle a nuestros hijos que no se hagan amigos de borrachos ni de los que les gusta llevar una vida carnal ni de los haraganes porque todos estos terminarán mal.

Pro 23:22  Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando envejezca.

Otra cosa que los hijos deben escuchar es "la voz de aquel de donde vienen" y esto implica primeramente los buenos consejos pero también lo que aquella voz (metafóricamente hablando) haga eco en su vida, es decir el hijo debe tomar en cuenta cuanto puede afectar sus orígenes biológicos.
La otra cosa que hay que decirle a los hijos (obviamente desde que están pequeños), es que por mucho que pasen los años, siempre hay que respetar a los padres.

Pro 23:23  Compra la verdad y no la vendas, adquiere sabiduría, instrucción e inteligencia.

Otra cosa que debemos enseñar a nuestros hijos es que aprendan a invertir en lo que más vale la pena. En este caso en buscar la verdad y no hacer negocio con esta y la verdad es la Palabra de Dios.

Sal 45:10  Escucha, hija, presta atención e inclina tu oído; olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre.

Esta instrucción es clave para poder llegar a tener un buen matrimonio; que cuando se casa tanto la mujer como el hombre, nos despojemos de las costumbres de nuestras familias y no digamos del salir de la casa de nuestros padres, de lo contrario se entrará en comparaciones que generalmente no llevan a un buen fin. Sigamos leyendo:

PDT Sal 45:11  para que así el rey pueda admirar tu belleza, pues él es tu esposo  y debes honrarlo.

¿Por qué a veces no camina bien el matrimonio?, porque la mujer no se suelta de la casa de sus padres y luego viene la deshonra, faltándole el respeto porque "si hay algún problema allí está papi".

Pro 13:1  El hijo sabio recibe el consejo del padre, pero el insolente no escucha las reprensiones.


Otra cosa que debemos enseñar a nuestros hijos es que escuchen (del hebreo shamá que también significa oír inteligentemente, obediencia, entender, recibir), esto significa que es necesario que les expliquemos y atiendan la razón de una reprensión.

Eze 2:7  Les hablarás mis palabras, escuchen o dejen de escuchar, porque son rebeldes.

Es necesario que les hablemos de la Palabra de Dios, escuchen o dejen de escuchar, nuestra obligación es hablarles del mensaje de Dios.

Pro 4:20  Hijo mío, presta atención a lo que te digo y escucha atentamente mis palabras.

Aquí en la instrucción a atender con tanta vehemencia, espiritualmente siguen dos puntos(:)

Pro 4:21  No las pierdas de vista, tenlas siempre presente.
Pro 4:22  Ellas dan vida a los que las escuchan; son como la salud para el cuerpo.

Otra cosa que debemos instruirles es que por nada dejen de atender la palabra de Dios, y aún su salud verá buenos resultados.

Pro 4:23  Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida.

Importantísimo que sepan que según piensa el hombre así es el tal, de allí que debemos cuidar lo que oímos, aprendemos o atendemos porque los pensamientos llegan a decir que hacer o qué no hacer en la vida.

Pro 4:24  No permitas que salgan falsedades de tu boca ni que tus labios digan mentiras.

La otra cosa que deben oír nuestros hijos es que no deben ser falso ni mentirosos, porque los que así se comportan pueden terminar siendo reengendrados por el diablo.

Pro 4:25  Mira siempre hacia adelante, fija tu mirada en lo que está frente a ti.

Otra instrucción es explicarles que consideren primeramente lo que en los cielos recibirán según vivan aquí. Por otro lado es que consideren siempre lo que les espera de lo que hoy hagan o dejen de hacer. En síntesis es que aprendan a ver su futuro en base a lo que hoy son.

Pro 4:26  Fíjate bien dónde pones los pies y todos tus caminos serán seguros.
Pro 4:27  No te desvíes a ningún lado, aparta tu pie de la maldad.

La otra instrucción es que disciernan el camino que quieren tomar para que les vaya bien, sin desviarse del camino que se llama Jesús.

Pro 5:1  Hijo mío, presta atención a mi sabiduría y escucha atentamente mis consejos.
Pro 5:2  Así tendrás prudencia y cuidarás bien tus palabras.
Pro 5:3  Si la mujer de otro habla con voz dulce y su lengua es más suave que el aceite,
Pro 5:4  al final, ella sólo te traerá amargura y dolor, será más cortante que una espada de dos filos.

Es necesario que nuestros hijos oigan que no deben caer en adulterio porque les traerá mucha tristeza.

Pro 5:5  Ella te conduce por un camino que lleva a la muerte; sus pasos van directamente al sepulcro.
Pro 5:6  A ella no le interesa el camino de la vida, ni tiene conciencia de que va por mal camino.

Será necesario dejarles  bien claro que la persona que adultera va a un fin de muerte y que no le interesa la vida de Dios.

Pro 5:7  Ahora pues, hijos míos, escúchenme, obedezcan mis palabras.
Pro 5:8  Aléjate de la mujer que comete adulterio; ni siquiera te acerques a la puerta de su casa,

A algunos pecados se les enfrenta pero al pecado sexual se le huye, esto hay que dejarlo bien cimentado en el corazón de los hijos.

Pro 5:9  para que no seas avergonzado ni algún extraño se quede con lo que trabajaste durante años;
Pro 5:10  para que ningún extraño se llene con tus bienes, ni vaya a parar a casa ajena el fruto de tu trabajo.

La otra advertencia es que cuando se cae en estos pecados, viene vergüenza y se corre el gran riesgo que lo que se logró con esfuerzo se vaya como agua.

Pro 5:11  Al final de tu vida, estarás triste por haber arruinado tu salud y por haber perdido todo lo que tenías.
Pro 5:12  Entonces dirás: «¿Por qué no escuché a mis padres? ¿Por qué no escuché a mis maestros?

Tienen que escuchar de nosotros que les conviene poner atención para que mañana no se lamenten.

Pro 5:13  Me negué a ser disciplinado, me negué a ser corregido.
Pro 5:14  Ahora sufro casi la ruina total y soy juzgado ante toda la comunidad».

Tenemos una responsabilidad sobre nuestros hijos y esta es que les instruyamos para la vida.


Pastor Luis del Cid
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