Introducción
La mayoría de cristianos anhelamos llegar a dar la estatura del varón perfecto para irnos en el arrebatamiento y así poder disfrutar eternamente de las más hermosas bendiciones del reino de Dios, dice la biblia:
RV1995 1Ts 5:23 Que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser –espíritu, alma y cuerpo sea guardado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
La palabra santificar aquí, viene del griego jagiázo= PURIFICAR, físicamente puro. De hecho la versión PDT lo traduce así:
PDT 1Ts 5:23 "Nosotros oramos para que Dios mismo, el Dios de paz, los haga puros y buenos para que pertenezcan sólo a él. También pedimos para que todo su ser: su espíritu, su alma y su cuerpo permanezcan siempre sin mancha para cuando el Señor Jesucristo regrese."
De allí entendemos que en nuestra salvación hay un proceso de purificación que incluye también la purificación del cuerpo, por eso dice el Apóstol Pablo:
Rom 7:24 ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
No estamos hablando en este momento de problemas del espíritu o del alma, sino que nos estamos enfocando a las contaminaciones en el cuerpo, por supuesto no cosas físicas, sino cosas espirituales que pueden estar instaladas en el cuerpo:
Stg 1:14 sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que le atrae y le seduce.
Concupiscencia del griego G1939 codiciar, desear, anhelar, pasión (específicamente por lo prohibido).
Según el DRAE, es un apetito desordenado de placeres deshonestos.
De tal manera que entendemos que en nuestro cuerpo de muerte, pueden haber concupiscencias, receptores hacia lo malo o prohibido que deben ser dinamitados. Sigamos leyendo:
Stg 1:15 Luego la concupiscencia, cuando ha concebido, pare el pecado, y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte
Esto nos lleva a entender por qué habla la Biblia de obras de la carne, es decir porque son 18 cosas, descritas en el libro de Gálatas y que se pueden llegar a dar en la vida de un creyente cuando no ha sido liberado del receptor en su cuerpo para hacer aquello:
Gál 5:19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: adulterio, fornicación, impurezas, vicios,
Gál 5:20 idolatría, espiritismo (con lo cual alentamos las actividades demoniacas), odios, pleitos, celos, iras, ambiciones, quejas, críticas y complejos de superioridad. E invariablemente caemos en doctrinas falsas,
Gál 5:21 envidias, crímenes, borracheras, orgías y muchas otras cosas. Como ya les dije antes, el que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios.
La solución:
Rom 7:15 Lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto, eso hago.
Rom 7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no habita el bien, porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
El querer es el deseo, es decir es tener el conocimiento de la ley del Espíritu.
El hacer es que se establezca como ley en el cuerpo.
Rom 7:19 No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Rom 7:23 pero veo otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi espíritu y me esclaviza bajo la ley del pecado que está en mis miembros.
Debemos comprender que en nosotros se da una lucha de dos leyes:
La del espíritu contra la de los miembros. Para poder derrotar la ley de los miembros, necesitamos tener tanto el querer como el hacer, recuerde:
El querer es el deseo, es decir es tener el conocimiento de la ley del Espíritu.
El hacer es que se establezca como ley en el cuerpo.
Y esto solo lo da Dios a través de que andemos en su buena voluntad:
Flp 2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Para que Dios produzca en nosotros el querer como el hacer, nosotros tenemos que andar en su BUENA VOLUNTAD:
Rom 12:2 No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
La voluntad de Dios tiene 3 niveles:
1o.) Lo bueno.
2o.) Lo agradable.
3o.) Lo perfecto.
Para que sean derrotados los receptores en nuestro cuerpo, es decir para que seamos libres del cuerpo de muerte, necesitamos que prevalezca la ley del Espíritu y esto se logra cuando Dios te da el querer como el hacer que se obtiene haciendo lo bueno o la buena voluntad de Dios. Lo bueno:
Mat 25:14 »El reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
Mat 25:15 A uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
Mat 25:16 El que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Mat 25:17 Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos.
Mat 25:18 Pero el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Mat 25:20 Se acercó el que había recibido cinco talentos y trajo otros cinco talentos, diciendo: “Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos”.
Mat 25:21 Su señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.
Parte de hacer la BUENA VOLUNTAD DE DIOS, es que con los talentos que nos dio, le sirvamos a El para que con lo que tenemos se multiplique para su gloria, pero el que solo lo usa en la tierra (humanismo), no hace lo bueno:
Mat 25:24 Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo: “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
Mat 25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo”.
La gente que entierra sus talentos, es decir que lo que sabe hacer lo utiliza solamente para su propio beneficio, o en cosas terrenales, NO ESTÁ EN LA BUENA VOLUNTAD DE DIOS, por lo tanto aunque sea cristiano, su cuerpo aún sigue siendo de muerte. Aun el diccionario secular define BUENO como: Útil y a propósito para algo. Esto significa que hacer lo bueno es que lo que tienes lo vuelves útil para el Señor, ahora en este sentido la Biblia dice:
Luc 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”».
Esto nos deja ver que hacer lo bueno es poner al servicio de Dios lo que nos ha dado, y eso es solamente para alcanzar la categoría de inútil, pero para volvernos útiles hay que hacer un poco más de lo que se nos pide. Qué más es bueno:
Mat 26:6 Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
Mat 26:7 se le acercó una mujer con un vaso de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre la cabeza de él, que estaba sentado a la mesa.
Mat 26:8 Al ver esto, los discípulos se enojaron y dijeron: –¿Para qué este desperdicio?,
Mat 26:9 pues esto podía haberse vendido a buen precio y haberse dado a los pobres.
Mat 26:10 Al darse cuenta Jesús, les dijo: –¿Por qué molestáis a esta mujer? Lo que ha hecho conmigo es una buena obra,
Darle lo mejor al Señor, es hacer LO BUENO, pero note que lo derramó en el cuerpo de Cristo. Hoy físicamente no está el cuerpo de Cristo, pero sí el cuerpo místico que es su iglesia. Dar ofrendas para que el cuerpo de Cristo sea edificado, ES HACER PARTE DE LA BUENA VOLUNTA DE DIOS, (aunque algunos no entiendan y critiquen que esto es bueno y necesario, más aún que dárselo a los pobres) porque lo que cambia una vida es lo espiritual no lo material.
BAD2Co 9:7 Cada uno tiene que determinar cuánto va a dar. Pero que no lo haga con tristeza ni porque lo obliguen, porque Dios ama al dador alegre.
Todos tenemos que dar, porque es lo correcto, no por obligación, ni tristes, pero si sabiendo que Dios ama al que da alegremente.
Pero hay que avanzar a la buena voluntad de Dios:
2Co 9:8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra;
El que hace lo bueno, no es solamente aquel que da, sino que da ABUNDANTEMENTE, de tal manera que al hacerlo así siempre, estará anulando la codicia y la avaricia en su corazón.
Luc 10:39 Y ésta tenía una hermana que se llamaba María, la que, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
Luc 10:40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres; y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Luc 10:41 Pero respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Luc 10:42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Hacer lo bueno, es que te sientes a tender completamente la Palabra de Dios, sin dejar que nada te distraiga.
1Ti 6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
2Ti 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
2Ti 4:8 Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
En primera de Timoteo es pelea, en segunda de Timoteo es he peleado la buena batalla de la fe creyendo que el Señor un día volverá y nos podremos ir con el para siempre. No desmayar, seguir adelante en la fe, es caminar sobre la buena voluntad de Dios y eso te hace libre del cuerpo de muerte.
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