Pastor Luis del Cid, 4 de marzo de 2,012 año de la
libertad
Introducción
Muchas son las bendiciones que Dios nos da a través del
pacto que tenemos con El, establecido en la sangre de Cristo. Cada vez que
entramos en la comunión con Dios (es decir que participamos de su mesa cenando
con El), lo que nos da entre muchas cosas es más y más de su naturaleza a
través de comernos su cuerpo y tomarnos su sangre para que un día se cumpla el
siguiente versículo:
Sal 17:15 En cuanto a mí,
veré tu rostro en justicia, Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.
Como lo hemos comprendido para poder verlo a Él en la
venida en secreto, necesitamos llegar a parecernos a Él, pero el salmista nos
da una clave: HAY QUE REPOSAR PARA QUE UN DÍA DESPERTEMOS A SU SEMEJANZA.
Dios nos creo para trabajar pero reposadamente, de hecho
eso es uno de los beneficios de comernos al cordero:
Jua 6:35 Yahshúa
respondió: "¡Yo soy el pan que es vida! El que venga a mí, nunca tendrá
hambre; y el que en mí confíe, nunca tendrá sed.
Aquí hay dos beneficios:
a)
Comer el pan hace que nunca más tengas
hambre.
b)
Beber su sangre hace que nunca más tengas
sed.
Definitivamente esta es una figura espiritual para que
comprendamos los beneficios espirituales pero también terrenales.
Hambre viene de la raíz griega PEINÁO que también se traduce como esfuerzo punzante. Significa lo
mismo que otra raíz griega: péno que
es laborar por el sustento diario, morirse de hambre. Lo que Jesús está
diciéndonos es que cuando comemos de este pan que es su cuerpo, recibiremos el
beneficio de ya no estarnos afanando, preocupando, estresando por las cosas de
esta vida, sino que en su lugar, aunque si trabajemos viviremos reposadamente. Por
eso dice:
Jua 6:51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo;
si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi
carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
La vida del mundo es vivir preocupado angustiado, estar
así es tener hambre.
¿Qué preocupación tienes? Veamos en la Biblia algunas
hambres (esfuerzos punzantes, cosas que preocupan.
Gén
41:55 Cuando se sintió el hambre en toda
la tierra de Egipto, el pueblo clamó por pan al faraón. Y dijo el faraón a
todos los egipcios: «Id a José, y haced lo que él os diga».
Esta es una profecía para el último tiempo: "todo el
mundo tendrá hambre", todo el mundo en la tierra de Egipto pasará por una
prueba generalizada para que se vuelvan a Dios pero hoy algunos cristianos
viven preocupados por qué comerán, qué pasará con sus hijos porque quizás se
sienten muy viejos o quizás porque están recortando personal en la empresa de
su trabajo o porque lo que ganan no les alcanza.
"La solución está en Cristo", cómase de ese pan
que da vida eterna y va a poder reposar sabiendo que Dios nunca nos va a dejar
hambrientos.
Sal
34:10 Empobrecen los ricos, sufren
hambre; mas quien busca al Señor no carecerá de bien alguno.
Si estás pasando alguna necesidad, si estás sin trabajo o
con trabajo e igualmente estás preocupado "COME DEL PAN DE VIDA
ETERNA" y verás que no te faltará ningún bien.
Sal
34:12 ¿Quién se complace en el vivir y
desea días largos, en que poder gozar del bien?
Todos deseamos eso, la clave para alcanzarlo
"comernos al cordero, comernos su cuerpo que nos da la seguridad que
siempre estaremos bien".
Deu 8:2 Acuérdate del camino que Yavé, tu Dios, te
hizo recorrer en el desierto por espacio de cuarenta años. Te hizo pasar
necesidad para probarte y conocer lo que había en tu corazón, si ibas o no a
guardar sus mandamientos.
Deu 8:3 Te hizo pasar necesidad, te hizo pasar
hambre, y luego te dio a comer maná que ni tú ni tus padres habían conocido.
Quería enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino que todo lo que sale
de la boca de Dios es vida para el hombre.
El hambre que demuestra lo que realmente tenemos dentro,
aquello que solamente por pasar en el desierto saldrá a luz pero que también
hay una puerta de escape "comerse el pan que te quita el hambre". Si
ya viste lo malo que hay en tí, en este día hay oportunidad que el pan de vida
te lo quite y salgas de esa prueba.
Éxo 16:3 Y decíanles los hijos de Israel; ¡Oh, si
hubíeramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto...
Éxo 16:4 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí,
haré llover pan del cielo para vosotros; y el pueblo saldrá y recogerá
diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en mi
ley.
Éxo
16:14 Cuando la capa de rocío se
evaporó, he aquí, sobre la superficie del desierto había una cosa delgada, como
copos, menuda, como la escarcha sobre la tierra.
Éxo
16:15 Al verla, los hijos de Israel se
dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían lo que era. Y Moisés les
dijo: Es el pan que el SEÑOR os da para comer.
El hambre cuando ya no hayas que hacer, cuando en medio
del desierto estás desesperado porque ya no puedes más, entonces es tiempo de
que comas el pan que viene del cielo y tú dirás ¿qué es esto?, ¿cómo es posible
este milagro? si para mí ya no había solución, entonces recibirás tu respuesta
"el pan que viene del cielo es el milagro en respuesta a la necesidad que
para nosotros ya no tenía salida".
Pro
25:21 Si tu enemigo tiene hambre, dale
de comer pan, y si tiene sed, dale de beber agua;
Pro
25:22 Porque pondrás un montón de
carbones encendidos de vergüenza sobre su cabeza, y YAHWEH te recompensará con
lo bueno.
Para poder dar algo es porque primeramente nosotros
teníamos que dar. Muchas veces tenemos enemigos que no sabemos cómo enfrentar o
lo hacemos queriendo responder de la misma forma, esa no es la salida.
La salida es con la estrategia del cielo
"bendiciendo", pero solo se puede bendecir a los enemigos si primero
nosotros hemos comido del pan que da vida eterna y entonces no solo obtendremos
la victoria sino que Dios nos recompensará por hacer lo bueno.
Isa
41:17 »Los afligidos y necesitados
buscan las aguas, pero no las encuentran; seca está de sed su lengua.
Yo, Jehová, los oiré; yo, el Dios de Israel, no los desampararé.
El afligido, el que necesita una experiencia nueva con
Dios, aquel que es salvo pero quiere más de El, hay una forma de re
encontrarse: bebiendo de la sangre del cordero.
Sal 42:2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
La sed de Dios, pero de ese Dios que está vivo, que
responde, que te hace sentir que eres su hijo. Esa sed cual tierra seca, nunca
más se sentirá si participamos de la cena del cordero.
Jua 6:35 Jesús les respondió: –Yo soy el pan de vida.
El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.
Jua 6:55 porque mi carne es verdadera comida y mi
sangre es verdadera bebida.
La oportunidad que tenemos al participar de la santa cena
es que nos quitan la vida del mundo y nos dan la bendición de tener la
experiencia de vivir ante la presencia de Dios.